Identificación   Aceptar  
Inicio / Plan de Monitorización de los cultivos de regadío en Castilla y León / Encuesta 2018 / Caracterización Agroclimática / Descripción general de la climatología del año agrícola en Castilla y León.
Descripción general de la climatología del año agrícola en Castilla y León

A pesar del otoño extremadamente seco, desde el 1 de octubre del 2017 hasta el 30 de septiembre del 2018, la precipitación recogida en prácticamente toda la Comunidad se sitúa en torno a un 25% más de lo esperado (respecto al treintenio 1981-2010), debido a un invierno húmedo y una primavera y verano muy húmedos. Solamente en zonas del oeste (provincias de León, Zamora y Salamanca) fue normal, y por encima del 50% de lo esperado en el norte de Burgos y en puntos aislados cercanos al Sistema Central.

Mapa de precipitación acumulada anual y Carácter de la precipitación acumulada respecto a la media en el periodo Octubre 2017-Septiembre 2018 (Fuente ©AEMET) (Fuente ©AEMET)
1
1

Resumen de la climatología por estaciones (Fuente ©AEMET):

Otoño 2017 -> El otoño fue cálido y extremadamente seco, se caracterizó por la estabilidad, con altas presiones atlánticas que únicamente permitieron de manera ocasional la entrada de perturbaciones, dejando un escaso número de días de precipitación y unos valores acumulados extremadamente inferiores a lo normal. Las temperaturas máximas fueron también destacadas, con registros extremadamente superiores a lo normal, mientras que las mínimas se situaron, salvo en zonas del Sur, por debajo de lo esperado, con numerosos días de helada. La temperatura media registrada en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2017 dejó un balance de otoño CÁLIDO (septiembre y noviembre fueron normales y octubre extremadamente cálido) llegando incluso a ser MUY CÁLIDO en zonas del Oeste y del Sur de la Comunidad, con valores que se sitúan 1,0 ºC por encima de su promedio en el treintenio 1981-2010. Fueron las temperaturas máximas las responsables del carácter trimestral (con un promedio de 2,7 ºC por encima de la media, igualando el valor del mismo periodo del año 1948) puesto que los registros nocturnos se han situado por debajo de su valor esperado durante gran parte del periodo (0,8 ºC inferiores a su valor medio). En el trimestre otoñal las precipitaciones recogidas estuvieron en su mayoría comprendidas entre 35 y 66 l/m² (entre 95 y 162 l/m² en el mismo periodo del año anterior), con un déficit que se sitúo en torno al 70 % respecto a su promedio. Las precipitaciones más bajas se registraron en el sur y el este de la provincia de Valladolid, así como en zonas limítrofes. Teniendo en cuenta los registros en los observatorios de la Comunidad, se trata del trimestre otoñal más seco desde 1951 llegando a ser efeméride en los Observatorios de Valladolid y Valladolid/Villanubla. La estabilidad dejó un mes de septiembre MUY SECO en la mayor parte de Castilla y León, la mayor parte de estaciones registraron valores inferiores a 4 l/m², con un promedio inferior a 2 días de precipitación apreciable y dejando un déficit del 95%. En octubre, las altas presiones únicamente se debilitaron en los días centrales del mes, con la llegada del ciclón extratropical ‘Ophelia’ hasta las Islas Británicas, permitiendo la entrada de perturbaciones atlánticas que dejaron precipitaciones generalizadas. El mes, no obstante, fue MUY SECO en la mayor parte de Castilla y León, con la única excepción del Sur de Segovia y Este de Soria, así como el Sureste de Burgos, donde fue SECO. Si bien noviembre fue el mes otoñal con mayores registros pluviométricos, volvió a dejar déficit de precipitación, en torno al 45%. La entrada de perturbaciones atlánticas, aunque con predominio de altas presiones, sólo dejaron precipitaciones de carácter NORMAL en zonas del tercio Oeste y del Norte mientras que en Soria, Segovia y Sur de Burgos fue MUY SECO, dejando una franja intermedia con valoración de SECO. Únicamente en el extremo Norte de Burgos llegó a ser un mes HÚMEDO.

Invierno 2018 -> Aunque con algunos intervalos de estabilidad, el invierno estuvo caracterizado por la llegada de frentes asociados a bajas presiones, con algunas borrascas profundas, que caracterizaron gran parte del invierno, con episodios de lluvia y nieve, vientos fuertes y temperaturas por debajo de lo normal. Destacan los valores medios de número de días de helada y de número de días de nieve. El trimestre fue, en general FRÍO, en Castilla y León, con una anomalía negativa de 0,4 ºC respecto a su valor promedio. No obstante, en áreas del Noroeste de la Comunidad y del extremo Este su carácter fue NORMAL, mientras que en zonas del Sur y, sobre todo del Sureste, el balance ha sido MUY FRÍO. Tanto los registros máximos como los mínimos se han situado por debajo de su valor esperado y debido, sobre todo, a las temperaturas registradas en febrero, el mes más frío del periodo, con un mayor número de días de helada y de nieve. El número de días de helada ha sido superior a su promedio, con un total de 58 días. El número de días de precipitación a lo largo del invierno se situó próximo a su valor normal, pero el número de días de nieve es algo más del doble de su promedio, debido, sobre todo, a los registros de febrero. El número de días de nieve en este invierno en el Observatorio de Soria se elevó a 31, sólo superado por el invierno de 1985-1986 con un día más. El balance en cuanto a los valores acumulados de precipitación dejó un periodo de carácter HÚMEDO o MUY HÚMEDO en la mayor parte del Este y Sureste de la Comunidad, así como en zonas del Norte y Noroeste, destacando el extremo Norte de la provincia de Burgos, donde llegó a ser EXTREMADAMENTE HÚMEDO. En zonas de meseta del Norte y del Oeste fue NORMAL. Teniendo en cuenta todas las estaciones de la Comunidad, la precipitación registrada en el periodo invernal se situó en torno al 15% superior a su promedio. El reparto de la precipitación en el mes de diciembre, caracterizado por la llegada de las borrascas “Ana” y “Bruno” fue muy desigual, con un déficit promedio del 19%. En enero, la llegada de frentes asociados a bajas presiones durante la primera quincena configuró el carácter mensual, con un balance de mes NORMAL o SECO en gran parte de León, Palencia y Zamora, así como en el Oeste de Salamanca, mientras que en el resto ha sido HÚMEDO o MUY HÚMEDO, siendo el primer mes, desde Septiembre, en el que no se ha acumulado déficit de precipitación, con una anomalía positiva del 18% y con un promedio de 11 días de precipitación apreciable. Febrero fue HÚMEDO en la mayor parte de Castilla y León, dejando un balance positivo de precipitación en torno al 50%. Sólo en algunas zonas del Oeste el valor acumulado llegó a ser NORMAL mientras que, en gran parte del Este y Sureste, así como en algunas zonas de la Cordillera Cantábrica, fue MUY HÚMEDO. Las precipitaciones más importantes se registraron en los dos últimos días del mes, con la llegada de la borrasca “Emma”, con nevadas generalizadas y con valores diarios que superan los máximos históricos en los Observatorios de Valladolid, Valladolid/Villanubla y Soria y rebasando los 100 l/m² en áreas próximas a la Sierra de Gredos.

Primavera 2018 -> Precipitaciones por encima de lo normal y temperaturas máximas por debajo de lo normal fueron las características principales de la pasada primavera. Las borrascas atlánticas y la inestabilidad dejan un alto número de días de precipitación, con un valor acumulado muy superior o extremadamente superior al promedio y unas temperaturas máximas por debajo de lo normal. Marzo fue el mes que tuvo un carácter más sobresaliente, además de por los registros térmicos y pluviométricos, por su carácter ventoso (el recorrido mensual del viento fue el mayor de los últimos 50 años) y por el registro de presión atmosférica del día 1, con el valor más bajo registrado en el mes de Marzo para muchos observatorios y siendo la efeméride absoluta anual en Burgos/Villafría. Casi de forma generalizada los valores registrados de temperaturas medias en el trimestre marzo-mayo del 2018 son de carácter normal o ligeramente inferior a lo normal (marzo fue muy frío, abril cálido y mayo normal), con una anomalía negativa en torno a 0,2 ºC sobre el valor promedio del treintenio 1981-2010. No obstante, en las zonas del Sur y Suroeste los registros llegan a ser muy inferiores a lo normal (muy frío) mientras que en el Valle del Ebro y en el Valle de Mena son superiores a lo normal (cálido). El comportamiento de máximas y mínimas ha sido opuesto, con un balance negativo para las diurnas y positivo para las temperaturas nocturnas. El balance pluviométrico de esta primavera en Castilla y León deja un balance positivo de precipitación en torno al 80% por encima de su promedio, por lo que el carácter del trimestre ha sido de MUY HÚMEDO o EXTREMADAMENTE HÚMEDO. La mayor parte de las estaciones meteorológicas han registrado precipitaciones entre 233 y 336 l/m². Se han registrado, de media, un total de 48 días de precipitación apreciable, el segundo valor más alto registrado en los últimos cien años, habiendo sido superado únicamente en 1946. Las bajas presiones en latitudes medias, con algunas borrascas profundas (“Emma”, “Félix”, “Giselle” y “Hugo”), predominaron en marzo, dejando un mes muy ventoso, con un alto número de días de nieve (hay que remontarse a la década de los 70 para encontrar valores superiores) y de precipitación apreciable (21 días) y con un valor acumulado en torno al triple del promedio mensual. Abril, caracterizado por la inestabilidad y por sucesión de sistemas frontales, fue HÚMEDO o MUY HÚMEDO en la mayor parte de Castilla y León. Muchas de las precipitaciones fueron en forma de chubasco, con numerosas tormentas, sobre todo en la tercera decena del mes y, ocasionalmente, con granizo. Se registraron nevadas en zonas de montaña, aunque también se observó la presencia de nieve en algunas zonas de meseta. De media se registraron 15 días de precipitación apreciable, con un valor acumulado en torno 40% por encima del promedio mensual. Las bajas presiones relativas, con llegadas de masas frías en altura, fueron predominantes en el mes de mayo, sobre todo en la segunda quincena, dejando numerosas tormentas, precipitaciones intensas, ocasionalmente con granizo y con un balance positivo de la precipitación acumulada (en torno al 10%) pero con un reparto poco homogéneo.

Verano 2018 ->El verano en Castilla y León fue CÁLIDO y MUY HÚMEDO, aunque con un reparto poco homogéneo de las precipitaciones, en general en forma de chubasco y con numerosas tormentas. El balance térmico se debe, sobre todo, a los valores alcanzados en agosto mientras que el peso del carácter pluviométrico recae, principalmente, en junio. Los valores registrados de temperaturas medias en el trimestre junio-agosto del 2018 son de carácter SUPERIOR A LO NORMAL (cálido) en la mayor parte de Castilla y León, si bien en zonas del Noroeste, Noreste y en algunas zonas de meseta de Zamora se llega a valorar como MUY CÁLIDO mientras que en algunas zonas de la Comunidad, sobre todo en áreas del Sureste, el carácter es ligeramente cálido o incluso NORMAL. Las precipitaciones en forma de chubasco y con tormenta han configurado el carácter pluviométrico del verano, con un promedio de 19 días de precipitación, la mayor parte de ellos en el mes de junio. Algunas de ellas se registraron de manera intensa, con tormenta, y, ocasionalmente, acompañadas de granizo. En el mes de junio la inestabilidad fue predominante, sobre todo en la primera quincena, con numerosas tormentas, 13 días de precipitación apreciable y una precipitación acumulada que, de manera global, supone el doble del promedio de junio. El mes de julio también se registraron numerosas tormentas, que dejaron precipitaciones localmente intensas, ocasionalmente con granizo, si bien en un número de días de precipitación inferior al mes anterior (5 días) y con un reparto muy desigual de la precipitación A pesar de que las bajas presiones relativas estuvieron presentes a lo largo de todo el mes de agosto en áreas peninsulares (el número días de tormenta llega a ser ligeramente superior el número de días de precipitación apreciable), las precipitaciones en Castilla y León fueron muy escasas, dejando un alto déficit pluviométrico, en torno al 95%.

% de la precipitación acumulada respecto a la media y anomalías de temperaturas medias por mes (©AEMET)
1
1
1
1
   |   Nota legal  |   Todos los derechos reservados